
LA MANZANA DE ADÁN
Mark Twain
Cuando Adán comió la manzana del Jardín del Paraíso y aprendió a crecer y multiplicarse, los demás animales aprendieron también dicho Arte, contemplando a Adán. Fue astuto y hábil de su parte: pudieron aprovechar todo lo bueno que resultó de comer la manzana sin probarla ni afligirse contrayendo el desastroso Sentido Moral, padre de todas las inmoralidades.
Mark Twain
Cuando Adán comió la manzana del Jardín del Paraíso y aprendió a crecer y multiplicarse, los demás animales aprendieron también dicho Arte, contemplando a Adán. Fue astuto y hábil de su parte: pudieron aprovechar todo lo bueno que resultó de comer la manzana sin probarla ni afligirse contrayendo el desastroso Sentido Moral, padre de todas las inmoralidades.
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