El señor K. en casa ajena
Cuando el señor K. se alojaba en casa ajena, lo primero que hacía, antes
de retirarse a dormir, era buscar todas las salidas que tenía la casa en cuestión.
Cuando le preguntaron el porqué, el señor K. contestó con cierto empacho:
—Es una vieja manía. Soy partidario de la justicia; por eso me gusta que
la casa que habito tenga más de una salida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario