LA MENDIGA DE NAPOLES
MAX JACOB
Cuando yo vivía en Nápoles, había en la puerta de mi palacio una mendiga a la que yo arrojaba monedas
antes de subir al coche. Un día, sorprendido de que no me diera nunca las gracias, miré a la mendiga;
entonces vi que lo que había tomado por una mendiga más bien era un cajón de madera, pintado de verde,
que contenía tierra colorada y algunas bananas medio podridas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario