jueves, 28 de octubre de 2010

EL RELAMPAGO - JALIL GIBRAN


EL RELÁMPAGO
Gibrán Jalil Gibrán

Un día de tormenta estaba un obispo cristiano en su catedral, y se le acercó una mujer no cristiana y le dijo: —Yo no soy cristiana. ¿Existe salvación del fuego del infierno para mí? El obispo la miró y respondió: —No, sólo se salvan los bautizados en el agua y en el espíritu. Y mientras aún hablaba, un rayo cayó con estruendo sobre la catedral, y ésta fue invadida por el fuego. Y los hombres de la ciudad llegaron corriendo y salvaron a la mujer, pero el obispo se consumió, alimento del fuego.

martes, 26 de octubre de 2010

YA LE TOCABA - JOSÉ VASCONCELOS


YA LE TOCABA

De ese Urbina (el compadre y lugarteniente de Pancho Villa) se contaba que invitó a comer a un compadre que acababa de vender unas mulas. Y a los postres, Urbina, ya borracho, seguía brindando mientras enlazaba con el brazo derecho la espalda de su compadre. Hacía calor y el compadre se llevó la mano a la bolsa de atrás del pantalón, para sacar la "mascada", pañolón colorado de los rancheros. Urbina, en su delirio de sangre y alcohol, imaginó que el compadre sacaba la pistola, y adelantándose, sin dejar de abrazarlo, con la izquierda le perforó de un tiro el corazón. Cayó el compadre muerto, y cuando lo extendieron sobre el pavimiento, en su mano crispada sólo apareció el pañuelo . . . Viendo lo cual, Urbina se echó a llorar y decía: —¡Pobrecito de mi compadre! Es que ya le tocaba . . .
José Vasconcelos

viernes, 22 de octubre de 2010

EL CAMELLO INDESEABLE - JULIO CORTAZAR


Aceptan todas las solicitudes de paso de frontera pero Guk, camello, inesperadamente declarado indeseable. Acude Guk a la central de policía donde le dicen nada que hacer, vuélvete al oasis, declarado indeseable inútil tramitar solicitud. Tristeza de Guk, retorno a las tierras de infancia. Y los camellos de familia, y los amigos, rodeándolo y qué te pasa, y no es posible, por qué precisamente tú. Entonces una delegación al Ministerio de Tránsito a apelar por Guk, con escándalo de funcionarios de carrera: esto no se ha visto jamás, ustedes vuelven inmediatamente al oasis, se hará un sumario.
Guk en el oasis come pasto un día, pasto otro día. Todos los camellos han pasado la frontera, Guk sigue esperando. Así se van el veraño, el otoño. Luego Guk de vuelta a la ciudad, parado en una plaza vacía. Muy fotografiado por turistas, contestando reportajes. Vago prestigio de Guk en la plaza. Aprovechando busca salir, en la puerta todo cambia: declarado indeseable. Guk baja la cabeza, busca los ralos pastitos de la plaza. Un día lo llaman por el altavoz y entra feliz en la central. Allí es declarado indeseable. Guk vuelve al oasis y se acuesta. Come un poco de pasto, y después apoya el hocico en la arena. Va cerrando los ojos mientras se pone el sol. De su nariz brota una burbuja que dura un segundo más que él.

domingo, 17 de octubre de 2010

SOLEDAD - PEDRO DE MIGUEL


Soledad - Pedro de Miguel
Le fui a quitar el hilo rojo que tenía sobre el hombro, como una culebrita. Sonrió y puso la mano para recogerlo de la mía. Muchas gracias, me dijo, muy amable, de dónde es usted. Y comenzamos una conversación entretenida, llena de vericuetos y anécdotas exóticas, porque los dos habíamos viajado y sufrido mucho. Me despedí al rato, prometiendo saludarle la próxima vez que le viera, y si se terciaba tomarnos un café mientras continuábamos charlando. No sé qué me movió a volver la cabeza, tan sólo unos pasos más allá. Se estaba colocando de nuevo, cuidadosamente, el hilo rojo sobre el hombro, sin duda para intentar capturar otra víctima que llenara durante unos minutos el amplio pozo de su soledad.

lunes, 11 de octubre de 2010

Documentos falsos - Laurie Anderson


Fui a ver a una quiromante y lo más extraño de su lectura fue que todo lo que me decía estaba totalmente equivocado. Decía que me encantaban los aviones, que yo había nacido en Seattle, que el nombre de mi madre era Hillary. Pero parecía tan segura de esta información que empecé a sentir como que había estado toda mi vida con estos documentos falsos tatuados en mis manos. Había mucho ruido en el salón y los miembros de su familia entraban y salían todo el tiempo. Hablaban un lenguaje agudo y chasqueante que sonaba muy parecido al árabe. En el piso estaban desperdigados libros y revistas en árabe. De repente se me ocurrió que tal vez lo que había era un problema de traducción ― que tal vez ella estaba leyendo mi mano de derecha a izquierda en lugar de derecha a izquierda.
Pensando en espejos, le di mi otra mano. Entonces ella extendió su otra mano y así estuvimos sentadas por varios minutos en lo que yo supuse que era una especie de ritual participatorio. Finalmente me di cuenta de que había extendido su mano porque estaba esperando dinero.

sábado, 9 de octubre de 2010

VIVIR PARA SIEMPRE - ANONIMO EUROPEO



VIVIR PARA SIEMPRE

Una dama comía y bebía alegremente y tenía cuanto puede anhelar el corazón, y deseó vivir para siempre. En los primeros cien años todo fue bien, pero después empezó a encogerse y a arrugarse, hasta que no pudo andar, ni estar de pie, ni comer, ni beber. Pero tampoco podía morir. Al principio la alimentaban como si fuera una niñita, pero llegó a ser tan diminuta que la metieron en una botella de vidrio y la colgaron en una iglesia. Todavía está allí, en la iglesia de Santa María. Es del tamaño de una rata y una vez al año se mueve.

domingo, 3 de octubre de 2010

HISTORIA DE LOS DOS QUE SOÑARON - GUSTAVO WEIL


Historia de los dos que soñaron


Gustavo Weil

Cuentan los hombres dignos de fe (pero sólo Alá es omnisciente y poderoso y misericordioso y no duerme) que hubo en El Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero tan magnánimo y liberal que todas las perdió, menos la casa de su padre, y que se vio forzado a trabajar para ganarse el pan. Trabajó tanto que el sueño lo rindió debajo de una higuera de su jardín y vio en el sueño a un desconocido que le dijo:

-Tu fortuna está en Persia, en Isfaján; vete a buscarla.

A la madrugada siguiente se despertó y emprendió el largo viaje y afrontó los peligros de los desiertos, de los idólatras, de los ríos, de las fieras y de los hombres. Llegó al fin a Isfaján, pero en el recinto de esa ciudad lo sorprendió la noche y se tendió a dormir en el patio de una mezquita. Había, junto a la mezquita, una casa y por el decreto de Dios Todopoderoso una pandilla de ladrones atravesó la mezquita y se metió en la casa, y las personas que dormían se despertaron y pidieron socorro. Los vecinos también gritaron, hasta que el capitán de los serenos de aquel distrito acudió con sus hombres y los bandoleros huyeron por la azotea. El capitán hizo registrar la mezquita y en ella dieron con el hombre de El Cairo y lo llevaron a la cárcel. El juez lo hizo comparecer y le dijo:

-¿Quién eres y cuál es tu patria?

El hombre declaró:

-Soy de la ciudad famosa de El Cairo y mi nombre es Yacub El Magrebí.

El juez le preguntó:

-¿Qué te trajo a Persia?

El hombre optó por la verdad y le dijo:

-Un hombre me ordenó en un sueño que viniera a Isfaján, porque ahí estaba mi fortuna. Ya estoy en Isfaján y veo que la fortuna que me prometió ha de ser esta cárcel.

El juez echó a reír.

-Hombre desatinado -le dijo-, tres veces he soñado con una casa en la ciudad de El Cairo, en cuyo fondo hay un jardín. Y en el jardín un reloj de sol y después del reloj de sol, una higuera, y bajo la higuera un tesoro. No he dado el menor crédito a esa mentira. Tú, sin embargo, has errado de ciudad en ciudad, bajo la sola fe de tu sueño. Que no vuelva a verte en Isfaján. Toma estas monedas y vete.

El hombre las tomó y regresó a la patria. Debajo de la higuera de su casa (que era la del sueño del juez) desenterró el tesoro. Así Dios le dio bendición y lo recompensó y exaltó. Dios es el Generoso, el Oculto.