viernes, 16 de agosto de 2013

VENTANA SOBRE LAS PALABRAS - EDUARDO GALEANO


VENTANA SOBRE LAS PALABRAS
EDUARDO GALEANO

Magda recorta palabras de los diarios, palabras de todos los tamaños, y guarda en cajas. En cajas rojas guarda las palabras furiosas. En caja verde, las palabras amantes. En caja azul, las neutrales. En caja amarilla, las tristes. Y caja transparente guarda las palabras que tiene magia.
A veces, ella abre las cajas y las pone boca abajo sobre la mesa, para que las palabras se mezclen como quieren. Entonces, las palabras le cuentan lo que ocurre y le anuncian lo que ocurrirá.

miércoles, 14 de agosto de 2013

LOS ARRECIFES DE CORAL - HORACIO QUIROGA


Horacio Quiroga
 Los arrecifes de coral

Te había arrojado al mar; y en aquella noche de luna, tan propicia para los raudales de lágrimas, te ibas alejando de la orilla en el féretro en que había escondido tu cuerpo. 
          Avanzabas lentamente. Con el reloj en la mano, los minutos que iban tras de ti eran eternos, la medianoche estaba próxima; y bajo la gruta marina que iba a absorberte, una mortuoria claridad de basalto acogía el reflejo azulado de tu ataúd. 
          De pronto, la noche se oscureció y dejé de verte. Ibas a desaparecer. Entonces, levantando en las tinieblas mi brazo que oscilaba de delante hacia atrás, a guisa de faro remoto, brilló la piedra de mi sortija. Y bajo la tempestad que caía sobre nosotros, el fuego sombrío del rubí atrajo lentamente tu ataúd. 

lunes, 5 de agosto de 2013

HISTORIAS DE CRONOPIOS - JULIO CORTAZAR


JULIO CORTAZAR
HISTORIAS DE CRONOPIOS

 En el restaurante de los cronopios pasan estas cosas, a saber que un fama pide con gran concentración un bife con papas fritas, y se queda deunapieza cuando el cronopio camarero le pregunta cuántas papas fritas quiere.
          -¿Cómo cuántas? -vocifera el fama-. ¡Usted me trae papas fritas y se acabó, qué joder!
          -Es que aquí las servimos de a siete, treinta y dos, o noventa y ocho -explica el cronopio.
          El fama medita un momento, y el resultado de su meditación consiste en decirle al cronopio:
          -Vea, mi amigo, váyase al carajo.
         Para inmensa sorpresa del fama, el cronopio obedece instantáneamente, es decir que desaparece como si se lo hubiera bebido el viento. Por supuesto el fama no llegará a saber jamás dónde queda el tal carajo, y el cronopio probablemente tampoco, pero en todo caso el almuerzo dista de ser un éxito.