martes, 25 de enero de 2011

CON MIS PROPIOS OJOS - JUAN ARMANDO EPPLE


Con mis propios ojos - Juan Armando Epple

Cuando el barman supo que ese hombre que pedía una copa era de Chile, pero llevaba largo tiempo en Madrid, le confidenció que el había vivido muchos año en Valparaíso, señalándole orgulloso un afiche clavado en la pared.. Luego agregó nostálgico:
—Lástima que el tiempo termina borrando los recuerdos.
—No siempre, amigo. Podemos ver el país más cerca cuando estamos lejos. Reconozco el sabor de este vino a ojos cerrados. Cuando llueve como hoy vuelvo a oler los grandes aguaceros del sur. En una escarcha matinal puedo palpar las nieves de nuestra Cordillera. Una vez pude escuchar en una playa de Galicia el oleaje salobre de Chiloé.
Ya ve, amigo. Se puede inventar un país con la memoria.
Luego tomó su bastón blanco y salió a la calle.

EL DESTINADO - JUAN RAMON JIMENEZ


EL DESTINADO
Juan Ramón Jiménez


Está en su cuarto vistiéndose, con los minutos contados, para un entierro. Entre pantalón y zapatos, corbata y chaleco, le tientan y le sientan pensamientos generales, con una exijencia mayor que la otra prisa. Pero ha visto en una puerta un clavo a medio salir, derecho, brillante, justo, perfecto; atractivo de clavar, innecesario de clavar. Y tiene a mano la percha de su americana, martillo de madera tan apropósito para clavar el clavo tentador. Deja el entierro, demora los pensamientos generales, coje la percha y se pone a clavar con esmero lento el clavo.

jueves, 20 de enero de 2011

PREMONICION - JUAN ARMANDO EPPLE


MICRO CUENTO
PREMONICION
JUAN ARMANDO APPLE

Con la seguridad de que ella siempre regresaba al amanecer, compraba algo de pan en el puesto de la esquina y luego tomaban un café juntos, él manipulaba a tientas el televisor para oír las noticias o los diálogos insulsos de alguna teleserie, y luego se dormía. Podía distinguir por el olor con quienes se encontraba ella cada noche. Compadecía los olores tímidos, los olores marinos le producían celos, el olor a ternura solía impregnársele en la ropa.

Una noche ella volvió sorpresivamente, y se notaba alterada. El captó con alarma ese olor ácido que emana de los tipos celosos, propicios a la violencia. La sintió registrando unos cajones, mover las perchas del ropero, dirigirse a la puerta de salida.

El intentó prevenirla, pero ya era tarde.

jueves, 13 de enero de 2011

PALOS DE CIEGO - JUAN ARMANDO EPPLE


Palos de ciego - Juan Armando Epple

En el día los videntes se apoderan de la ciudad y miran con lástima a los que titubean en las esquinas, tratando de adivinar el cambio de luces, y luego tratan de abrirse paso entre la muchedumbre tanteando la vereda con sus bastones blancos.

En la noche los no videntes se aventuran sin problemas por las calles, cruzan de uno a otro extremo de la ciudad, tratando de no atropellar a esos pobres transeúntes que titubean en las esquinas, aferrados a unos bastones blancos que alguien les ha prestado.

lunes, 10 de enero de 2011

EL CANGREJO DE CHUANG TZU - ITALO CALVINO

MICRO CUENTO
EL CANGREJO DE CHUANG TZU
Italo Calvino


Entre sus muchas virtudes, Chuang Tzu tenía la de ser diestro en el dibujo. El rey le pidió que dibujara un cangrejo. Chuang Tzu respondió que necesitaba cinco años y una casa con doce servidores. Pasaron cinco años y el dibujo aún no estaba empezado. "Necesito otros cinco años", dijo Chuang Tzu. El rey se los concedió. Transcurridos los diez años, Chuang Tzu tomó el pincel y, en un instante, con un solo gesto, dibujó un cangrejo, el cangrejo más perfecto que jamás se hubiera visto.

EL GUARDIAN - FRANZ KAFKA

Alineación al centroMICRO CUENTO :
EL GUARDIÁN
Franz Kafka


Corriendo superé al primer guardián. Entonces me sentí aterrorizado, corrí de regreso y le dije: —Pasé por aquí corriendo mientras tú estabas mirando hacia el otro lado. —El guardián tenía la mirada clavada hacia adelante y nada respondió—. Supongo que verdaderamente no debería haberlo hecho —le dije. El guardián siguió sin hablar—. ¿Significa tu silencio permiso para pasar...?

miércoles, 5 de enero de 2011

IMPOSIBLE - HENRI MICHAUX


IMPOSIBLE
Henri Michaux

En el siglo XVIII un gran autor chino se rompió la cabeza. Quería un relato absolutamente fantástico, violando todas las leyes del mundo.
¿Qué se le ocurrió? Esto: su héroe, especie de Gulliver, llega a un país donde los comerciantes tratan de vender a precios ridículamente bajos, y donde los clientes insisten en pagar precios exorbitantes.

HENRI MICHAUX


Henri Michaux


Pasó su infancia y juventud en Bruselas. Comenzó la carrera de Medicina en la Universidad de Bruselas, pero en 1919 abandonó sus estudios para enrolarse como fogonero en un navío de la marina mercante francesa, en el que viajó a Río de Janeiro y Buenos Aires.

Tras regresar a Bruselas, en 1923 publica su primer texto -"Cas de folie circulaire"- en la revista Le Disque Vert, que dirige su amigo Franz Hellens. Ese mismo año abandona Bruselas y fija su residencia en París, donde inicia su carrera literaria y descubre con entusiasmo el surrealismo, especialmente la obra de Paul Klee, Max Ernst, Giorgio de Chirico y Salvador Dalí. Publica sus primeros libros, Les rêves et la jambe (1923) y Qui je fus (1927).

En 1927 viaja por América Latina, especialmente por Ecuador, y recoge sus impresiones del viaje en su libro Ecuador (1929). Otro viaje, esta vez al Extremo Oriente, entre 1931 y 1932, le proporciona el material para el libro Un bárbaro en Asia (1933). En 1935 inició un nuevo periplo, que le llevó a Buenos Aires y Montevideo.

En 1937 se convierte en el redactor jefe de la revista Hermès, que se publica en Bruselas y cuyo objetivo es "provocar o facilitar ciertas confrontaciones directas entre la filosofía, la mística y la poesía". En 1939 realizó nuevos viajes, y se instaló en el Mediodía de Francia, dedicado a la pintura, en 1941.

Escribió también libros de viajes imaginarios (Voyage en Grande Garabagne, en 1936; Au pays de la magie, en 1941, e Ici, Poddema (1946), compilados en un solo volumen en Ailleurs, 1948); relatos de sus experiencias con las drogas, especialmente con la mescalina (Misérable miracle, en 1956, Connaissance par les gouffres, en 1961), y recopilaciones de aforismos y reflexiones (Passages,en 1950; Poteaux d'angle, en 1971).

Desde 1925, Michaux se interesó vivamente por las artes plásticas, pero es en 1937 cuando empieza a dibujar y a pintar. Expuso con regularidad su obra plástica en varias galerías parisinas, y publicó numerosos libros ilustrados. Se interesó también por la caligrafía.

Escribieron sobre él otros grandes escritores, como André Gide, Lawrence Durrell, Octavio Paz y Jean-Marie Le Clézio.

Entre los años 2006 y 2007 se han celebrado en España dos exposiciones dedicadas a analizar su contribución a las artes visuales en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla. En esta institución, ubicada en el Monasterio de Santa Maria de las Cuevas, se incluían tres documentales sobre la vida y obra del escritor.

FABULILLA - FRANZ KAFKA


FABULILLA
Franz Kafka


—¡Ay! —decía el ratón—. El mundo se vuelve cada día más pequeño. Primero era tan ancho que yo tenía miedo, seguía adelante y me sentía feliz al ver en la lejanía, a derecha e izquierda, algunos muros, pero esos muros se precipitan tan velozmente los unos contra los otros, que ya estoy en el último cuarto, y allí, en el rincón, está la trampa hacia la cual voy.
—Sólo tienes que cambiar la dirección de tu marcha —dijo el gato, y se lo comió.
De La muralla china.

sábado, 1 de enero de 2011

UNA VOZ TRAS ÉL - FREDIC BROWN


UNA VOZ TRAS ÉL
Fredric Brown


Cuentan una deliciosa historieta de horror sobre un labriego que se adentró en un bosque encantado; según la gente, lo habitaban demonios que se llevaban consigo a cualquier mortal que osara entrar en él. Pero, mientras caminaba por el mismo con paso lento, el labriego pensaba:
—Soy un buen hombre que nada malo he hecho. Si los demonios pueden hacerme algún daño es que no existe ninguna clase de justicia.
Y en ese momento se oyó una voz que decía tras él:
—No existe.

EL PUEBLO MAS CERCANO - FRANZ KAFKA


EL PUEBLO MÁS CERCANO Franz Kafka

Mi abuelo solía decir:
—La vida es asombrosamente corta. Ahora, al recordarla, me parece tan condensada que, por ejemplo, casi no comprendo cómo un joven puede tomar la decisión de ir a caballo hasta el pueblo más cercano, sin temer (y descontando por supuesto la mala suerte) que aun el lapso de una vida normal y feliz no alcance ni para empezar semejante viaje.