domingo, 30 de octubre de 2011

VIDA DE PERROS - JULIO MIRANDA



VIDA DE PERROS


JULIO MIRANDA


Somos pobres. Nunca hemos podido tener un perro. ¡Y nos gustan tanto! Por eso decidimos turnarnos: cada uno haría de perro un día entero.
Al principio nos dio un poco de vergüenza, sobre todo a mis padres. Lo imitaban muy mal. Algún ladrido y mucho olfatear. Yo era el que más gozaba, orinando donde quería.
Pero se convirtió en una fiesta. Esperábamos que nos tocara, nerviosos. La noche antes ya se nos escapaba algún grrr, algún guau. Mamá no se ocupaba de la casa. Papá no iba al trabajo. Yo me salvaba de la escuela. Y ellos se divertían más que yo, saltándose las reglas, mordiéndose y lamiéndose y rascándose y montándose encima y revolcándose, aunque a los dos no les tocara ser perro. Les decía que era trampa. Me mandaban al cuarto.
La casa está hecha un asco. A papá lo botaron. Yo tengo que ir a clases todas las mañanas y luego las tareas. “Otro día haces de perro”, me dicen, “otro día”, riéndose.
No es justo.

martes, 25 de octubre de 2011

PAJARILLO - RODOLFO FARCUG

PAJARILLO
RODOLFO FARCUG


– El amor –me dijeron– es como un pajarillo. Déjalo ir: si regresa, es tuyo. Si no regresa, nunca lo fue.

Y yo solté a mi pajarillo, y el muy cabrón sólo regresa cuando tiene hambre.

sábado, 22 de octubre de 2011

LA MENDIGA DE NAPOLES - MAX JACOB



LA MENDIGA DE NAPOLES
MAX JACOB

Cuando yo vivía en Nápoles, había en la puerta de mi palacio una mendiga a la que yo arrojaba monedas
antes de subir al coche. Un día, sorprendido de que no me diera nunca las gracias, miré a la mendiga;
entonces vi que lo que había tomado por una mendiga más bien era un cajón de madera, pintado de verde,
que contenía tierra colorada y algunas bananas medio podridas.

jueves, 20 de octubre de 2011

EL INTERMEDIARIO - JUAN ARMANDO EPPLE




EL INTERMEDIARIO


JUAN ARMANDO EPPLE


Cuando al fin le confesé mis relaciones con la Otra, me insultó y amenazó con lanzar mis cosas por la ventana; pero luego, ya más calmada, quiso saber qué me atraía de ella, qué posiciones le gustaban más para hacer el amor, de qué hablábamos después.


Cuando le confesé a la Otra que Ella ya sabía sobre lo nuestro, me insultó y amenazó con dejarme; pero luego, ya más calmada, quiso saber qué le atraía a ella de mí, qué posiciones la excitaban más, qué temas le interesaba discutir antes de dormirse.
Ahora viven juntas. Prometieron invitarme a visitarlas, pero aún no me llaman.

lunes, 17 de octubre de 2011

LA BELLA DURMIENTE DEL BOSQUE Y EL PRINCIPE - MARCO DENEVI



LA BELLA DURMIENTE DEL BOSQUE Y EL PRINCIPE

MARCO DENEVI


La Bella Durmiente cierra los ojos pero no duerme. Está esperando al Príncipe. Y cuando lo oye acercarse simula un sueño todavía más profundo. Nadie se lo ha dicho pero ella lo sabe. Sabe que ningún príncipe pasa junto a una mujer que tenga los ojos bien abiertos.

jueves, 13 de octubre de 2011

RENCOR - RODRIGO PARRA SANDOVAL




RENCOR
RODRIGO PARRA SANDOVAL




Me casé a los diecisiete años con un hombre al que no amaba. Me casé con él por rencor con mi padre. Mi padre nunca me dio un beso en la mejilla. Mi padre nunca me acarició. En cambio, sabía con precisión cómo es en realidad el mundo, cómo debe ser. Por eso, lloré durante la noche anterior a mi boda. Lloré durante la boda. Lloré durante la noche de mi boda. He estado estos veinte años llorando y haciendo el amor con un hombre al que no quiero. Durante veinte años he estado mostrándole rencor a mi padre. Pero mi padre no se ha dado cuenta. Por eso llegué a la costumbre de los viajes dominicales al aeropuerto. Todos los domingos vamos al aeropuerto mi marido, la niña y yo. Nos paramos en el extremo de la pista y esperamos a que salga un jet. Entonces saco la cabeza por la ventanilla y grito. Grito hasta que se me acaba la voz. Grito este grito de veinte años de rencor. Hasta que sale lo que tengo adentro. Luego nos vamos a casa y nuevamente encuentro fuerzas para esperar el próximo domingo sin matar a nadie.

martes, 11 de octubre de 2011

EL LLAMADO DE LA SELVA - JAIME ALBERTO VELEZ



El llamado de la selva
Jaime Alberto Vélez



El perro encargado de cuidar el rebaño siente un irreprimible llamado de la selva. Abjura entonces del orden establecido y de la civilización, y huye hacia las altas montañas en busca de su ancestral vida primitiva. Hambriento e impulsado por su instinto salvaje, decide caer un día por asalto sobre las ovejas que, emocionadas, lo reciben entre vítores y lágrimas de alegría por su regreso.

ALIVIO - DAVID LAGMANOVICH




ALIVIO
DAVID LAGMANOVICH


Ahora que la respiración no es un problema compruebo que tampoco tengo que ocuparme de los caprichos de mi cuerpo, del equilibrio de sus partes constitutivas, de las dolorosas epopeyas de dentistas y médicos traumatólogos, de la preocupación por el pelo y las uñas. Ya me parecía que estar muerto tendría algunas ventajas.

lunes, 10 de octubre de 2011

LAS GAFAS - MATIAS GARCÍA MEGÍAS


LAS GAFAS
MATIAS GARCIA MEGIAS

Tengo gafas para ver verdades. Como no tengo costumbre no las uso nunca.
Sólo una vez...

Mi mujer dormía a mi lado.

Puestas las gafas, la miré.

La calavera del esqueleto que yacía debajo de las sabanas roncaba a mi lado, junto a mí.

El hueso redondo sobre la almohada tenía los cabellos de mi mujer, con los rulos de mi mujer.

Los dientes descarnados que mordían el aire a cada ronquido, tenían la prótesis de platino de mi mujer.

Acaricié los cabellos y palpé el hueso procurando no entrar en las cuencas de los ojos: no cabía duda, aquello era mi mujer.

Dejé las gafas, me levanté, y estuve paseando hasta que el sueño me rindió y me volvió a la cama.

Desde entonces, pienso mucho en las cosas de la vida y de la muerte.

Amo a mi mujer, pero si fuera más joven me metería a monje.

viernes, 7 de octubre de 2011

AGRAFO - DAVID LAGMANOVICH



AGRAFO
DAVID LAGMANOVICH



En mi ciudad nadie ignora que no sé escribir. Ahora me han premiado como el mejor escritor inédito de la comarca. Pero si acepto el premio debo enviar una carta de agradecimiento, y no encuentro a nadie dispuesto a escribirla por mí.

miércoles, 5 de octubre de 2011

FABULA TRISTE - HAROLD KREMER



FABULA TRISTE


HAROLD KREMER



El ratón tenía la costumbre de venir a mi biblioteca. Era un ratón sabio que consumía mis libros. Una vez le coloqué una tabla que obstruía su repetitivo camino. El ratón vino y toda la noche luchó contra el obstáculo; lo oía roer y gemir de desesperación. Esa noche se quedó a la espera. La noche siguiente volvió y también esperó. Y así durante mucho tiempo. Un día, compadecido, quité la tabla; pero el ratón no volvió a la biblioteca. Venía y se quedaba en el lugar del obstáculo. Y así durante mucho tiempo.

lunes, 3 de octubre de 2011

3 MUJERES - HUANG CANRAN


3 mujeres

HUANG CANRAN

Una mujer que me ama, una mujer que amo,
una que nunca me amó y a la que no amo.
Pienso en la primera con frecuencia
y recuerdo ocasionalmente a la segunda;
en la tercera no pienso nunca ni la recuerdo.
Con la primera perdí hace años todo vínculo,
al igual que con la segunda y la tercera.
Ellas habrán continuado su vida,
habrán perdido tal vez un montón de cosas,
y las cosas perdidas en su vida, como el agua,
habrán dejado o no una marca.
Hoy las tres me han llamado por teléfono;
ahora sus tres voces, sus tres caras
a la vez aparecen en mi cabeza y las veo hablar
como si estuvieran conversando entre sí,
como si se conocieran mutuamente.


sábado, 1 de octubre de 2011

EL ESPEJO DE VIENTO Y LUNA - TSAO HSUE KIN




El Espejo de Viento-y-Luna


Tsao Hsue-Kin


En un año, las dolencias de Kia Yui se agravaron. La imagen de la inaccesible señora Fénix gastaba sus días; las pesadillas y el insomnio, sus noches.


Una tarde, un mendigo taoísta pedía limosna en la calle, proclamando que podía curar las enfermedades del alma. Kia Yui y lo hizo llamar. El mendigo le dijo: “Con medicinas no se cura su mal. Tengo un tesoro que los sanará, si sigue mis órdenes”. De su manga sacó un espejo bruñido de ambos lados; el Espejo tenía la inscripción: Precioso Espejo de Viento-y-Luna. Agregó: “Este espejo viene del Palacio de el Hada del Terrible Despertar y tiene la virtud de curar los males causados por los pensamientos impuros. Pero guárdese de mirar el anverso. Sólo mire el reverso. Mañana volveré a buscar el espejo y a felicitarlo por su mejoría”. El mendigo se fue sin aceptar las monedas que le ofrecieron.


Kia Yui tomó el espejo y miró según le había indicado el mendigo. Lo arrojó con espanto: el espejo reflejaba una calavera. Maldijo al mendigo; irritado, quiso ver el anverso. Empuñó el espejo y miró: desde su fondo, la señora Fénix, espléndidamente vestida, le hacía señas. Kia Yui se sintió arrebatado por el espejo y atravesó el metal y amó a la señora Fénix. Después, Fénix lo acompañó a la salida. Cuando Kia Yui se despertó, el espejo estaba al revés y le mostraba, de nuevo, la calavera. Agotado por la delicia del lado falaz del espejo, Kia Yui no resistió, sin embargo, a la tentación de mirarlo una vez más. De nuevo la señora Fénix le hizo señas, de nuevo penetró en el espejo y se amaron. Esto ocurrió unas cuantas veces. La última, dos hombres lo apresaron al salir y lo encadenaron. “Los seguiré”, murmuró Kia Yui, “pero déjenme llevar el Espejo”. Fueron sus últimas palabras. Lo encontraron muerto, sobre la sabana, en medio de un charco de sangre.