El tábano que pica a los caballitos-de-madera también está todo hecho de madera y se mueve por ahí, balanceándose de rama en rama. Vive de savia y serrín
lunes, 26 de diciembre de 2016
A TAL PALO - LEWIS CARROLL
El tábano que pica a los caballitos-de-madera también está todo hecho de madera y se mueve por ahí, balanceándose de rama en rama. Vive de savia y serrín
miércoles, 14 de diciembre de 2016
CAPITÁN DEL 3° DE LANCEROS DE LA GUARDIA IMPERIAL - ALVARO MUTIS
viernes, 9 de diciembre de 2016
BRUJERIA DEL GATO - RAMÓN GOMEZ DE LA SERNA
Por complicidad con la bruja había sido enjaulado el gato.
Los inquisidores sospechaban que podía haber diablo escondido bajo la piel del gato y fue sentenciado a arder en pira aparte, porque podía haber pecado de bestialidad al quemar en la misma hoguera persona humana y animal.
Bien maniatado con cadenas, el gato brujesco produjo un repeluzno de escalofrío entre los asistentes al auto de fe. Había algo de caza luciferiana en la presencia del gato.
La leña de la propiciación comenzó a arder y durante un largo rato se oyeron maullidos infernales, hasta que al final, ya consumida la fogata, se vieron sobre las cenizas dos ascuas que no se apagaban, los dos ojos fosforescentes del gato.
martes, 22 de noviembre de 2016
JULIO CORTAZAR - AMOR 77
Y después de hacer todo lo que hacen se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.
CAPITAN LUISO FERRAUTO - JUAN RODOLFO WILCOCK
miércoles, 16 de noviembre de 2016
BRILLANTE SILENCIO - SPNCER HOLST
El circo se dirigió luego al sur, en una gira desde Canadá hasta California y, bajando por México y atravesando Panamá, entraron en Sudamérica y recorrieron los Andes a lo largo de Chile, hasta alcanzar las islas más meridionales de la Tierra de Fuego. Allí, un jaguar se lanzó sobre el malabarista y, después, destrozó mortalmente al domador. Los conmocionados espectadores huyeron en desbandada, consternados y horrorizados. En medio de la confusión, los osos escaparon. Sin domador, vagaron a sus anchas, adentrándose en la soledad de los espesos bosques y entre los violentos vientos de las islas subantárticas. Totalmente apartados de la gente, en una remota isla deshabitada y en un clima que ellos encontraron ideal, los osos se aparearon, crecieron, se multiplicaron y, después de varias generaciones, poblaron toda la isla. Y aún más, pues los descendientes de los dos primeros osos se trasladaron a media docena de islas contiguas. Setenta años después, cuando finalmente los científicos los encontraron y los estudiaron con entusiasmo, descubrieron que todos ellos, unánimemente, realizaban espléndidos números circenses.
De noche, cuando el cielo brillaba y había luna llena, se juntaban para bailar. Formaban un círculo con los cachorros y otros osos jóvenes, y se reunían todos al abrigo del viento, en el centro de un brillante cráter circular dejado por un meteorito que había caído en un lecho de creta. Sus paredes cristalinas eran de creta blanca, su suelo plano brillaba, cubierto de gravilla blanca, y bien drenado y seco. Dentro de él no crecía vegetación. Cuando se elevaba la luna, su luz, reflejada en las paredes, llenaba el cráter con un torrente de luz lunar, dos veces más brillante en el suelo del cráter que en cualquier otro lugar próximo. Los científicos supusieron que, en principio, la luna llena recordó a los dos osos primigenios la luz de los focos del circo y, por tal razón, bailaban bajo ella. Pero, podríamos preguntarnos, ¿qué música hacía que sus descendientes también bailaran?
Garra con garra, al mismo compás… ¿qué música oirían dentro de sus cabezas mientras bailaban bajo la luna llena en la aurora austral, mientras danzaban en brillante silencio?
domingo, 13 de noviembre de 2016
ASERRANDO UNA RAMA - ANONIMO ARABE
Nasrudín subió a un árbol para aserrar una rama. Alguien que pasaba, al ver cómo lo estaba haciendo, le avisó:
-¡Cuidado! Está mal sentado en la punta de la rama… Se irá abajo con ella cuando la corte.
-¿Piensa que soy un necio que deba creerle? ¿Es usted un vidente que pueda predecir el futuro? -preguntó Nasrudín.
Sin embargo, poco después, como siguiera aserrando, la rama cedió y Nasrudín terminó en el suelo. Entonces corrió tras el otro hombre hasta alcanzarlo:
-¡Su predicción se ha cumplido! Ahora dígame: ¿cómo moriré?
Por más que el hombre insistió, no pudo disuadir a Nasrudín de que no era un vidente. Por fin, ya exasperado, le gritó:
-¡Por mí podrías morirte ahora mismo!
Apenas oyó estas palabras, Nasrudín cayó al suelo y se quedó inmóvil. Cuando lo encontraron sus vecinos lo depositaron en un féretro. Mientras marchaban hacia el cementerio empezaron a discutir acerca de cuál era el camino más corto. Nasrudín perdió la paciencia. Asomó la cabeza fuera del ataúd y dijo:
-Cuando estaba vivo solía tomar por la izquierda. Es el camino más rápido.
miércoles, 9 de noviembre de 2016
ARTIFICIOS - MECEDONIO FERNÁNDEZ
-1,90.
-¿Cómo, tanto? ¡Pero es una barbaridad!
-Sí; es que los agujeros están carísimos. Con esto de la guerra se aprovechan de todo.
-¡Pues la hubieras comprado sin ellos!
-Pero entonces sería un cucharón y ya no serviría para espumar.
-No importa; no hay que pagar de más. Son artificios del mercado de agujeros.
sábado, 29 de octubre de 2016
ARGUMENTUM ORNITHOLOGICUM - JORGE LUIS BORGES
miércoles, 26 de octubre de 2016
AQUELLA MUERTA - RAMÓN GOMEZ DE LA SERNA
Aquella muerta me dijo:
-¿No me conoces?… Pues me debías conocer… Has besado mi pelo en la trenza postiza de la otra.
sábado, 22 de octubre de 2016
APARICIÓN DEL TRITÓN - RAMÓN GOMEZ DE LA SERNA
La bella joven se reía tanto después del baño a la orilla del mar, que como la risa es la mayor provocadora de la curiosidad, asomó su cabeza un tritón para ver lo que pasaba.
-¡Un tritón! -gritó ella, pero el tritón tranquilo y sonriente la serenó con la pregunta más inesperada:
-¿Quieres decirme qué hora es?
lunes, 17 de octubre de 2016
ALGÚN DÍA - MAX AUB
viernes, 14 de octubre de 2016
HOY QUEMÉ TU CARTA - JOSÉ EMILIO PACHECO
miércoles, 12 de octubre de 2016
ALAS - ENRIQUE ANDERSON IMBERT
Yo ejercía entonces la medicina en Humahuaca. Un tarde me trajeron un niño descalabrado; se había caído por el precipicio de un cerro. Cuando para revisarlo le quité el poncho vi dos alas. Las examiné: estaban sanas. Apenas el niño pudo hablar le pregunté:
-¿Por qué no volaste, m’hijo, al sentirte caer?
-¿Volar? -me dijo- ¿Volar, para que la gente se ría de mí?
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