Responsabilidad
BERTOLT BRECHT
El señor K., que era partidario del orden en las relaciones humanas,
estuvo durante toda su vida envuelto en conflictos. En cierta ocasión se vio
implicado una vez más en un asunto harto desagradable que hacía necesaria su
asistencia a varias citas en diversos puntos de la ciudad bastante distantes entre
sí, en el transcurso de una misma noche. Como estaba enfermo, rogó a un
amigo suyo que le prestara su abrigo. El amigo accedió, a pesar de que ello le
obligaba a cancelar una pequeña cita que él mismo tenía. A últimas horas de la
tarde, la posición del señor K. había empeorado hasta tal punto que las
entrevistas de nada servían ya, y era preciso adoptar nuevas medidas. A pesar
de ello, y no obstante lo escaso que andaba de tiempo, el señor K. se apresuró a
recoger puntualmente el abrigo que ya no necesitaba, para cumplir así su
compromiso
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