miércoles, 21 de noviembre de 2018

LA PIERNA DORMIDA, ENRIQUE ANDERSON IMBERT



La pierna dormida

Enrique Anderson Imbert
Esa mañana, al despertarse, Félix se miró las piernas, abiertas sobre la cama, y, ya dispuesto a levantarse, se dijo: “y si dejara la izquierda aquí?” Meditó un instante. “No, imposible; si echo la derecha al suelo, seguro que va a arrastrar también la izquierda, que lleva pegada. ¡Ea! Hagamos la prueba.”

Y todo salió bien. Se fue al baño, saltando en un solo pie, mientras la pierna izquierda siguió dormida sobre las sabanas.

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